La Sexta (o La Secta).
La Sexta es una rara avis dentro del panorama televisivo español. Concebida sin mácula y con el firme propósito de liderar el maercado naciente de la TDT, se ha colado en el panorama de la televisión analógica vía decreto-amiguismo, que en este país sigue siendo la forma más habitual de trabajar del poder. Lo curioso es que se haya hecho un nombre en apenas 3 meses. ¿Cómo? Bueno, la estrategia publicitaria ha sido la mejor de las posibles, eso es innegable. Veamos sus más sonados éxitos:
- Entrar en el gran mercado del fútbol (talonario mediante) comprando los derechos de emisión en abierto del Mundial de Alemania. Nadie es perfecto, y tuvieron que compartir los derechos con una cadena que llegara al 100% del territorio; el proceso de adjudicación fue ilegal (pero amiguista, así que no fue a mayores la cosa). Pero los caminos del Señor son inescrutables, y los de la Justicia ni te cuento. Esta cadena les robó la mayoría de la audiencia, pero ya habían corrido ríos de tinta hablando de la nueva cadena, y tuvimos tiki-taka hasta en la sopa un buen par de semanas gracias a Andrés Montes, un mercenario con mucha chispa y poco cerebro.
- Una vez conocida la marca, había que vender un producto diferenciado. ¿Solución? Entretenimiento, entretenimiento y entretenimiento. La Sexta ha apostado por un formato en el que desaparecen los informativos. ¿Una televisión apadrinada por los poderes publicos y sin armas de instrucción masiva? No se preocupen, La Secta sabe lo que hace... Productoras afines al Gobierno se encargan de ir poniéndonos al día en Educación para la ciudadanía... Entre píldora y píldora, alguna serie americana (afín, no vayan a pensar bien) por aquello de la calidad. Hay un poco de todo: programas culturales (Pocholo Ibiza 06), un reality reality show (El show de Candi2, y no, no sobra uno de los "reality"), series españolas (SMS, que sorprende como apuesta estrella por su pésima calidad), el inevitable programa de zapping (Traffic TV, más autocomplaciente que la media), etc. Se salva, ya he hablado de ella, El anillo E, perdida en la inmensidad de la tarde; a ver cuánto tardan en retirarla.
- En una cadena cuya apuesta principal se llama SMS era inevitable apostar por Internet como medio de promoción... Un desmayo y una presentadora borracha recorrieron los correos electrónicos de buena parte de los españoles como quien no quiere la cosa. El icono de La Secta bien visible, eso por descontado.
- Ahora amenazan con comerse la audiencia gracias al Mundial de Baloncesto de Japón (tiemblen: más Andrés Montes, y esta vez en su salsa); el método es el de siempre, vendernos a España como campeona desde el primer partido de preparación. No se sabe todavía si tendrán que compartir los derechos de emisión en abierto, pero casi podría asegurar que el juguete nuevo de Polanco no va a ser esta vez su novia.
No me ha salido el mejor mensaje del blog, lo sé... Pero, ¿y lo a gusto que se queda una?
{El contenido de esta entrada expresa la opinión de Finitiva sobre el particular}
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