Reservar un hotel en Internet
En los últimos dos años hemos asistido a una auténtica fiebre en lo que al lanzamiento de páginas web dedicadas al mundo de los viajes se refiere; uno de los principales motivos es el dinero fácil que promete el sector; palabras clave como "vuelos baratos", "hoteles Madrid" o "viajar a Londres" aparecen una vez sí y otra también en listas oficiosas de palabras "mejor pagadas" por distintas compañías de publicidad contextual; si a esto añadimos que compañías como DoubleClick (recientemente adquirida por Google) ofrecen programas de afiliación de marca blanca que permiten a cualquiera ofrecer su propio servicio de reserva de habitaciones, no es difícil imaginar que las páginas han proliferado como hongos.
Fruto de este boom han surgido distintos problemas con un común denominador: el cliente final se ha sentido engañado y, lo que es peor, no sabía muy bien a quién echar la culpa ni a quién demandar llegado el caso. Así las cosas, distintas asociaciones de consumidores y usuarios han sugerido una serie de pautas que pueden resultar de mucha utilidad a la hora de decidir a qué intermediario vamos a confiar nuestro dinero. Allá van unos cuantos:
- desconfíe de aquellas páginas en las que hay más anuncios que contenidos propiamente dichos
- antes de reservar por primera vez con una compañía asegúrese de que existen al menos dos canales que le permitirán comunicarse con ellos en caso de necesidad (cualquier compañía puede ofrecer una dirección de correo electrónico de contacto, pero solo una compañía seria ofrecerá además una dirección física y/o un servicio de atención al cliente por teléfono)
- busque referencias; dedique unos minutos a comprobar que las experiencias de otros usuarios con la compañía que le ofrece el mejor precio son satisfactorias
Estos consejos y otros similares pueden servir como orientación inicial, aunque a la hora de la verdad serán el sentido común y la experiencia los mejores elementos de juicio posibles.
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